PAZO DE VILABOA
Si algo recuerdo de la habitación de Belén es la tremenda tranquilidad que se respiraba. Y es que no es lo que esperas encontrarte cuando desde tu ventana comienzas a ver caer una lluvia con la que nadie contaba. Desde la ventana de Belén teníamos vistas a todo el personal del Pazo de Vilaboa desmontando a todo correr lo que había sido la ubicación de una ceremonia exterior.
Si, yo estaría de los nervios, pero Belén no. Ella se iba a casar, y eso era lo único que le importaba en ese momento.
Y al final salió el sol.
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