FINCA DA ROCHA
Al llegar al hotel A Quinta da Auga donde nos habíamos citado con el novio para sus preparativos nos recibe un Isma callado, sereno, diríamos que tranquilo, pero la verdad es que nuestra llegada le había puesto en marcha la cuenta atrás hacia su gran día y esa serenidad no era más que un recuerdo ya. Un rato después, ya en la Finca da Rocha, escuchamos desde la entrada una carcajada que se me hacía particularmente familiar. Si, lo habéis adivinado, era Kelly siendo Kelly, habladora, risueña, puro nervio. Podría soltaros la chapa de que los polos opuestros se atraen pero no creo en eso. Creo en ellos, en la gente que se complementa, que se serenan y encienden uno al otro, que se hacen reír a carcajadas con dos palabras y se abrazan para no soltarse.
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